Declaración Encuentro feminista Chilango
Reunidas en la
Ciudad de México, desde la reflexión y la práctica feminista, una amplia
pluralidad de mujeres transgresoras cuestionamos y combatimos la lógica
patriarcal que impera en nuestra sociedad, tanto en el ámbito público como en
el privado. Interpeladas por la gravedad de la coyuntura actual, decidimos encontrarnos
para rearticularnos y plantear líneas de acción concretas, conjuntas y transformadoras para enfrentar la situación de discriminación,
violencia e injusticia que obstaculiza el ejercicio de todos nuestros derechos.
Entendemos que el
patriarcado es un sistema de dominación en el que las violencias se ejercen
para mantener el control sobre nuestras vidas y nuestros cuerpos negándonos
nuestros derechos como sujetas autónomas con poder de decisión y acción sobre
nosotras.
El regreso del
PRI al gobierno federal en 2012 marca nuevos escenarios de los cuales el
Distrito Federal no es ajeno. La dispersión,
división e incongruencia de postulados históricos de las izquierdas,
colocan a nuestra ciudad en riesgo de retroceder en derechos y libertades
ganados a lo largo de muchos años por una ciudadanía organizada y actuante. La
despenalización del aborto y el matrimonio igualitario constituyen señales de
cambios culturales que muestran a una ciudadanía progresista e incluyente que
se ha abierto paso a contracorriente de tendencias conservadoras y regresivas
en muchos otros estados del país.
Los resultados
electorales colocan al Distrito Federal como el bastión de una ciudadanía
progresista, por ello resulta preocupante que el jefe de gobierno
interprete esta voluntad -no como
un reto para ampliar los derechos y libertades-sino como carta blanca para el
autoritarismo, dando poca relevancia a los movimientos sociales y populares,
especialmente al movimiento feminista, tanto en su interlocución como en la
invisibilidad de la agenda de género en las políticas y programas de gobierno.
A menos de un año
de trabajo de la nueva administracion en la Ciudad, miramos con preocupación la
narrativa capitalina: represión y criminalización de la protesta social,
autoritarismo, debilitamiento de
instrancias gubernamentales estrategicas, fortalecimiento del crimen
organizado, y participación ciudadana limitada.
La pobreza y la
exclusión social son expresión de una ciudad en la que los derechos económicos
de las mujeres se ven vulnerados y constituyen una agenda pendiente.
Frente a la precarización
del trabajo y los salarios, la proliferación de la economía informal y la
pérdida de derechos, seguridad social y acceso a servicios de salud y del
cuidado, nos pronunciamos por que existan empleos dignos y trabajo decente como
un derecho humano fundamental. Esto incluye el respeto al derecho de
organizarnos en sindicatos, organizaciones gremiales y de trabajadoras
independientes, incluyendo a las maestras y trabajadoras del sector público del
Distrito Federal, las mujeres con discapacidad y en general a todas las
mujeres.
Ante la anunciada
reforma política, las feministas preguntamos ¿para quién se construye esta
ciudad? el gobierno y sus autoridades ¿nos tienen reservadas varias sillas para
que coloquemos en el centro de la propuesta la construcción de la democracia feminista? o tendremos qué buscar
mecanismos paralelos para hacerles saber que sí el feminismo no está la
democracia no va!
Ante estas
realidades, las feministas de la ciudad Declaramos que:
1. Hemos decidido
emprender una Campaña nacional permanente contra la violencia hacia todas las
mujeres, y reapropiarnos de las expresiones callejeras y otras formas de
expresión para recupear las conmemoraciones que las instituciones nos han
arrebatado.
2. Seguiremos
exigiendo la implementación de la alerta de género, en los municipios, estados
y en toda la federación y también en el Distrito Federal y acciones concretas
para erradicar el feminicidio y la impunidad que acompaña a esos crímenes.
3. Profundizaremos
nuestra exigencia de seguridad en los espacios públicos que tomamos, al salir a
manifestarnos a trabajar y a divertirnos. y seguiremos denunciando, hasta
lograr la erradicación de los crimenes de odio, como los asesinatos cometidos
en contra de lesbianas, homosexuales y personas trans.
4. Exigimos la
ratificación del Convenio 156 de la OIT sobre la conciliación del trabajo y la
familia y demandamos que se detenga el cierre de los centros de cuidado
infantil y, por el contrario, se amplíen los presupuestos para todo el trabajo
del cuidado. Y reivindicamos la aportación de la economía feminista y la
obligación del estado, del mercado y al interior de las familias de reconocer
el aporte de las mujeres en el trabajo doméstico y del cuidado.
5. Nos
pronunciamos por un modelo alimentario feminista basado en la creación de
organizaciones y cooperativas urbanas y rurales de carácter autogestivo y
mediante créditos y financiamiento público, declarando el Distrito Federal como
un territorio libre de transgénicos.
6. Pugnamos por
el uso del presupuesto público en infraestructura para dotar de servicios a las
colonias, pueblos y barrios más pobres y excluidos de acuerdo con las
prioridades señaladas por las mujeres.
7. Exigimos la
libertad inmediata de todas las mujeres presas por aborto y estaremos
pendientes de que se investiguen y rectifiquen los procesos penales que las criminalizan
y profundizan las penas al agravar el delito.
8. Repudiamos la
violencia contra periodistas y defensoras de derechos humanos y exigimos que
los mecansimos institucionales de protección, cumplan con su función de
garantizar la seguridad y vida de estas mujeres.
9. Estaremos vigilantes
del proceso de nombramiento de la persona al frente de la Comisión de Derechos Humanos
del DF, instancia en donde seguirá recayendo la tarea de proteger nuestros
derechos, pese a los intentos políticos de regatear esa función y de restar
autonomía a la Comisión.
10. Nos pronunciamos
contra la represión y la criminalización de la protesta social, reivindicamos
nuestro derecho a manifestarnos contra todo intento de vulnerar nuestros
derechos y profundizar la desigualdad. Por ello exigimos la inmediata
liberación de las jóvenes presas y demandamos la derogación del protocolo para
el manejo de multitudes y el articulo 362 del código penal que representan una
legitimación de la represión y atentan contra nuestro derecho a la integridad y
la libertad.
11. Rechazamos
las reformas estructurales porque son lesivas a los derechos e intereses de las
mujeres y la ciudadanía.
Nos hemos
organizado en la Ciudad de México y lo haremos también en el Encuentro Nacional
Feminista para articular un movimiento
amplio de mujeres y fortalecer alianzas
con otros movimientos sociales, creando una estructura que nos permita
movilizarnos cada vez que sea necesario en defensa o apoyo de nuestras causas.
Como feministas,
seguimos apostado por las acciones colectivas para construir una sociedad
libre de todas las formas de violencia y
justicia para todas las mujeres.
En nuestros
derechos, ¡ni un paso atrás!
Ciudad de México,
a 6 de octubre de 2013